Lo más difícil del trabajo del tanatopractor
Artículo redactado por Blanca Manzano
El oficio del tanatopractor es uno de los menos conocidos, pero su impacto en el proceso de
despedida de los seres queridos es profundo. Estos profesionales no solo conservan el cuerpo,
sino que ayudan a las familias a decir adiós con dignidad y serenidad. Pero detrás de su
habilidad técnica, enfrentan desafíos emocionales y psicológicos que muchas veces pasan
desapercibidos.
Para comprender mejor las dificultades que presenta esta profesión, es necesario conocer en
qué consiste el trabajo de un tanatopractor. Entonces: ¿Qué hace un tanatopractor?
Un tanatopractor es un profesional especializado en la preservación y presentación estética del
cuerpo después de la muerte. Su labor no se limita solo a tareas de conservación, sino que
también implica una gran destreza en la restauración de los aspectos visibles del cuerpo,
utilizando técnicas que van desde la desinfección hasta la reparación de tejidos, con el objetivo
de ofrecer una última despedida digna y respetuosa a las familias.
Pero más allá de las tareas técnicas, nuestro trabajo también está marcado por una serie de
obstáculos emocionales que pueden ser igualmente complejos. Las emociones involucradas
en esta labor a menudo requieren una gran fortaleza mental.
Por lo tanto, ¿Cuáles son los mayores desafíos emocionales que enfrenta un
tanatopractor? Uno de los aspectos más difíciles de esta profesión es, sin duda, la gestión
emocional. Aunque los profesionales del sector están preparados para mantener una actitud
profesional, no es fácil desconectarse de la carga emocional que trae consigo trabajar con el
dolor ajeno.
Los tanatopractores deben ser empáticos, escuchar a las familias y brindarles apoyo emocional
en la medida de lo posible, pero al mismo tiempo, necesitan mantener una distancia
profesional para poder hacer bien su trabajo.
En situaciones de mucha angustia o dolor, como cuando se trata de una pérdida inesperada, por
ejemplo, esto puede ser especialmente difícil. A pesar de estar acostumbrados a la situación,
estos profesionales a menudo deben lidiar con sus propios sentimientos y pensamientos,
mientras se mantienen firmes para ofrecer el mejor servicio posible.
Aunque los desafíos emocionales son significativos, la destreza técnica que requiere esta
profesión no es menos importante. El trabajo que realizan estos profesionales no solo
involucra empatía y sensibilidad, sino también una precisión técnica que garantiza que el
cuerpo del fallecido sea tratado con el mayor cuidado posible.
A continuación, investigaremos: ¿Qué retos a nivel técnico enfrenta un tanatopractor?
Uno de los mayores desafíos técnicos que enfrenta un profesional de la tanatopraxia es la
precisión y la delicadeza con las que debe tratar el cuerpo del fallecido. Su trabajo no se limita
solo a la conservación, sino que también incluye la restauración estética. Esta labor requiere no
solo un conocimiento profundo de la anatomía humana, sino también el uso de productos y
técnicas especializadas para garantizar que el cuerpo luzca lo más natural posible.
Además, otra dificultad técnica importante es el trabajo bajo presión. En muchos casos, las
familias desean realizar el velatorio lo antes posible, lo que impone plazos ajustados. Esto
requiere que se trabaje de manera eficiente, manteniendo siempre un alto nivel de calidad, sin
sacrificar el respeto por el proceso.
A pesar de los retos técnicos que enfrentan a diario, no podemos pasar por alto el aspecto
emocional que conlleva esta profesión. La cercanía con el sufrimiento de los demás, las
despedidas y el trato constante con la muerte exige un esfuerzo emocional que, en muchos
casos, no es fácil de manejar.
Por eso, una pregunta inevitable surge: ¿Cómo gestionan estos profesionales el desgaste
emocional?
Uno de los pilares fundamentales para manejar la carga emocional en esta profesión es el
apoyo mutuo entre compañeros. Muchos trabajadores encuentran en el intercambio de
vivencias y situaciones laborales una forma valiosa de aliviar el peso emocional que conlleva su
trabajo. Este apoyo mutuo les permite compartir sus emociones y procesar el impacto de la
muerte, lo que les ayuda a mantener el equilibrio mental necesario para seguir adelante con su
labor. Además, la resiliencia (capacidad de adaptarse y superar las adversidades sin que estas
afecten gravemente la salud mental) juega un papel esencial en este tipo de profesiones.
Para algunos, el acompañamiento psicológico se convierte en una herramienta crucial para
procesar las emociones y seguir adelante con su labor sin que el desgaste afecte su bienestar a
largo plazo. Estos recursos ayudan a los trabajadores a enfrentar la carga emocional de su
trabajo de forma saludable, asegurando que puedan brindar un servicio de calidad sin
comprometer su salud mental.
En conclusión, tras explorar los diversos retos emocionales y técnicos que enfrentan estos
profesionales, es evidente que este trabajo, aunque exigente, es una labor que exige profundo
respeto.
Ser tanatopractor es mucho más que aplicar conocimientos técnicos: es ser parte de un
proceso humano extremadamente sensible, donde el cuidado y la atención al detalle son
esenciales para ofrecer a las familias un espacio de despedida lleno de serenidad.
Es una labor compleja, sin duda, pero quienes la eligen la ejercen con una vocación que
transforma los momentos de dolor en oportunidades para ofrecer cuidado y, sobre todo,
dignidad. Una profesión que, aunque desconocida para muchos, es profundamente
gratificante para aquellos que la abrazan con pasión y dedicación.
Artículo redactado por:
Blanca Manzano