A nuestros verdaderos héroes

Mucho se habla durante todos estos meses de los sanitarios, policías, bomberos, militares… pero se nos olvida constantemente que los héroes de esta verdadera pandemia son las más de 23.000 personas que han perdido sus vidas a causa del Covid.  Unos fallecidos que además han tenido que afrontar sus últimos días de vida totalmente solos, sin sus familiares más cercanos o amigos. Los familiares de estos fallecidos por lo general están ocupando duelos verdaderamente complicados.

Como todos sabemos, los servicios funerarios, tal y como los concebimos en nuestra cultura, no solo se limitan a dar sepultura a los fallecidos, sino que también implica honrar y cuidar de los familiares en situaciones de gran vulnerabilidad o a afrontar de la mejor manera su duelo.
En esta terrible situación por la que está pasando España, y los demás países el sector funerario, se sentía totalmente invisible, tuvo que reclamar ante las administraciones públicas su lugar dentro de la cadena sanitaria.

Se les obligó a facilitar su material sanitario y sus equipos de protección individual a los grandes hospitales. De alguna manera hemos tenido que reclamar que somos el último eslabón de la cadena sanitaria, que los funerarios seguimos tratando con personas, aunque su estatus social ya no se considere una persona a nivel legal, sino un cadáver para sus familiares y amigos una buena despedida puede ahorrar muchos problemas a nivel mental, social, cultural y psicológico. Un servicio funerario honrado, y bien realizado, con todas sus dificultades emocionales y personales no es un adiós es un gracias.

Tomar conciencia de la realidad del sector funerario nacional

Aunque sea realmente triste, vergonzoso y desgarrador que hayamos tenido que vivir esta gran situación para darnos cuenta de la vergonzosa gestión que vivimos con los cuerpos de personas fallecidas, donde muchísimas familias perdieron a sus seres más queridos. Niños, padres, abuelos, hermanos, tíos, o incluso amigos, para darnos cuenta de la importancia de la formación, conocimiento y preparación de nuestro sector… así es, en esta pandemia lo hemos comprobado…

• Cadáveres que se han inhumado en nombre de otros fallecidos.
• Difuntos que se incineraron sin la previa autorización y reconocimiento de sus familiares.
• Cadáveres que no se sabe verdaderamente donde están sus cuerpos… si fueron inhumados, incinerados…
• Familias que no fueron avisadas día a día de la muerte de sus familiares…
• Cadáveres que permanecen semanas en sus lugares de fallecimiento…
• ¿Qué triste verdad?

La formación como motor del cambio

No debemos permitir situaciones de gran calibre como estas, faltas de profesionalidad y conocimiento tan grandes. Debemos acudir a formarnos, a adquirir verdaderos conocimientos para poder organizar y llevar a cabo grandes situaciones como estas, que por desgracia seguirán ocurriendo en nuestro país.

Resulta verdaderamente dantesco escuchar a nuestros compañeros funerarios con conocimientos de formación, que ya ejercen como trabajadores en diferentes funerarias del país hablar sobre la gestión de los cadáveres, turnos dobles y reforzados sin poder descansar bien por los grandes traumas psicológicos que supone el trabajo diario; aún recibiendo ayuda de compañeros de otras delegaciones que transportan difuntos diariamente, sus labores jamás podrán ser valoradas ni reconocidas.

Estos días desde la dirección de Tanatos Formación, han decidido escribir un mensaje a sus alumnos funerarios para mostrar todo el interés por su situación y por la salud mental de sus alumnos, la respuesta de la mayoría de los trabajadores en una sola línea fue: si estoy más animado, luego os llamo, que lo que me apetece ahora es llorar. Pero desde este centro, y yo como compañero de estudios no podremos sentir más respeto y orgullo por lo que cada día demostráis, empatizamos con el dolor que sabemos que día a día sentís por la gran impotencia frente a esta situación.

Unas palabras finales

Si nadie te ama, mi alegría es amarte,
si lloras, estoy deseando consolarte,
si eres débil, te daré mi fuerza y energía,
si nadie te necesita, yo te busco, si eres inútil,
yo no puedo prescindir de ti, si tienes miedo,
te llevo en mis espaldas, si quieres caminar,
iré contigo, si me amas, vengo siempre,
si te pierdes, no duermo hasta encontrarte,
si quieres conversar, yo te escucho siempre,
si no tienes a nadie me tienes a mí,
si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente y un niño.

Jorge Vázquez Cuñarro
Alumno de Tanatos Formación
Santiago de Compostela