¿Cuál es el código de ética profesional del tanatopractor?

Por lo general todas las ocupaciones tienen su código para establecer normas de ética para cada rama profesional. Evidentemente en el caso del tanatopractor no escapa de esta realidad, aunque actualmente no cuenten con una contratación colectiva, existen principios de ética tácitos que todos los profesionales deben respetar.

El tanatopractor, es la persona que se encarga de realizar el conjunto de acciones que aplican sobre un cadáver, para garantizar su conservación y posterior presentación para que tenga la mejor cara ante sus familiares y seres queridos, durante su velatorio.

¿Qué es un código de ética?

Un código de ética se debe realizar con la intención de establecer reglas que puedan regular el comportamiento o el accionar de las personas que conformen un gremio u organización y aunque en la mayoría de ocasiones no conlleva implicaciones legales, suele ser una normativa de obligado cumplimiento. Este conjunto de normas debe ser concebido como un método de presión o una imposición a quienes se apeguen a él, simplemente sería una normativa que garantice el profesionalismo y calidad en la actividad que se lleva a cabo.

Código de ética profesional de un tanatopractor

 La tanatopraxia es una actividad sumamente delicada y a la que tal vez no se le da la importancia que realmente tiene y los profesionales del área han establecido una serie de normas para esta práctica, las cuales te detallaremos a continuación:

Los Principios del código ético

Lo primordial en cualquier oficio, es la lealtad a nuestra profesión y la tanatopraxia no es la excepción. El tanatpractor debe llevarla a cabo con pasión y entrega, garantizando profesionalismo, experiencia a los familiares y allegados del difunto.

Responsabilidad

El tanatopractor debe estar en constante formación para garantizar la actualización de conocimientos que permitan estar en consonancia con los avances científicos y tecnológicos en la materia.

Respeto por el difunto

Es muy importante mostrar respeto por el difunto, ya que aunque las leyes no consideren a un cadáver como una persona, este no debe ser tratado simplemente como un objeto inerte, merece respeto, tanto o más que un ser vivo,  y en consecuencia, el mismo respeto para la familia y el entorno del difunto, teniendo presente que, en muchas ocasiones, serán ellos quienes tengan la última palabra sobre el arreglo final del cadáver. Esta participación conjunta es gratificante, ya que nos quedará la satisfacción de que los familiares puedan reconocer el trabajo del profesional en tanatopraxia.

Confidencialidad

Un tanatopractor debe guardar celosa y secretamente cada dato o detalle que conozca sobre la persona fallecida, ya que se puede llegar a encontrar con enfermedades, marcas, etc que en vida tal vez hayan sido ocultadas por el difunto y sería algo nada profesional la divulgación de este tipo de información.

Higiene y seguridad sanitaria.

Se debe tener especial cuidado con todas las indicaciones y normas de higiene que se indiquen para la atención, cuidado y orden tanto del cadáver como de los espacios en los que se va a manipular. Esto también es aplicable para toda la instrumentación y sustancias utilizadas en este tipo de procedimientos.

Ejercicio y conducta

Un profesional de esta rama debe hacer lo necesario por representar de la mejor forma su oficio, respetando el ya mencionado código de ética, siempre dispuesto a prestar el mejor servicio posible evitando tomar competencias que no lo corresponden e incluso aceptando y solicitando apoyo de otro profesional en caso de que sea requerido.

Integridad y responsabilidad con los demás

Aunque en ocasiones los horarios son poco flexibles y se pueden llegar a presentar situaciones tensas y de gran presión, se debe mostrar tolerancia y una relación de igualdad entre los profesionales de la tanatopraxia.

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