¿Cuáles son los cuidados previos necesarios de un muerto?

La atención post mortem o cuidados previos para un difunto son el conjunto de intervenciones que buscan contribuir a conservar el tejido corporal en el mejor estado posible, con el fin de reducir los problemas en la preparación del cuerpo para el funeral, dentro de lo que se incluye el evitar la salida de secreciones internas del cuerpo y preparar el cadáver para su traslado a la funeraria, además de cubrir los requisitos legales con prontitud y exactitud.

Se debe tener en cuenta que como principio fundamental, un paciente no es considerado legalmente muerto hasta que el médico certifique su fallecimiento, después de esto encontraremos los signos físicos de la muerte, tales como tejido muscular rígido e interrupción de las funciones vitales en forma definitiva. Esto provoca las descomposición del cuerpo y es allí cuando se necesitan los cuidados especiales hacia el cadáver por parte del tanatopractor.

Primeros pasos de los cuidados previos de un difunto

La primera etapa de cuidado consiste en informar a los familiares sobre el deceso del paciente, tal acción requerirá del mayor tacto y respeto. Se debe recordar que el duelo podrá significar reacciones de muchos tipos, todas ellas son naturales ante una pérdida significativa.  Al notificar a la familia se puede solicitar un representante religioso previo consentimiento y teniendo en cuenta las costumbres, cultura o religión que profesan, las creencias y prácticas rituales que puedan tener en torno a la enfermedad o muerte.

El siguiente paso será preparar los equipos para amortajar en el cuarto de trabajo sin olvidar las etiquetas de identificación para trasladarlo a la unidad indicada. Una vez el cadáver se encuentra en el cuarto de trabajo, se debe aislar, retirar la ropa de cama y del paciente, así como apósitos, sondas y otros elementos que pudiera tener.

El aislamiento se debe a dos razones, la primera es proteger la intimidad de la persona, dado que se debe tomar como una estructura existencial y socialmente merece el mismo respeto que en vida,  cosa que los familiares agradecerán mucho. Y en segundo lugar se busca evitar problemas al retirar todo lo que estaba en contacto con el paciente, se debe considerar como potencialmente infeccioso y al aislarlo se realizará un trabajo limpio y ordenado de limpieza.

Preparación del cuerpo y postura

El siguiente paso es alinear el cuerpo, cerrar los párpados, colocar prótesis dental de ser necesario y elevar ligeramente la cabecera de la cama. La rigidez cadavérica se presenta por la coagulación del plasma en los músculos y el glucógeno, así como la formación del ácido sarcoláctico que se presenta de forma progresiva en músculos de la nuca, maceteros, cara, cuello, extremidades y el resto del cuerpo.

Una posición decúbito dorsal y ligera elevación de la cabecera evitará la deformidad en la alineación corporal y la hipostasis cadavérica. Para seguir, se presiona ligeramente el abdomen, se taponan las cavidades, se sellan incisiones, se realiza un aseo parcial o total del cadáver, se colocan etiquetas de identificación y sea realizar el amortajamiento.

Una vez realizados estos últimos pasos con el cadáver, se retira el equipo utilizado y se guardan las pertenencias del fallecido en una bolsa para ser entregados a los familiares. Por último se les orienta sobre los trámites administrativos que se deben realizar como el egreso por defunción y el consentimiento bajo información.

Esos son los cuidados básicos que se deben tener con un occiso, ya que no solamente es preparar el cuerpo de la persona para ser enterrado, sino también el ayudar a la familia a afrontar la perdida.