¿Qué tanto cambia una persona cuando fallece? Fenómenos cadavéricos

Cuando una persona fallece, el cuerpo comienza a experimentar una serie de cambios físicos que marcan la transición desde la vida hasta la descomposición. Estos fenómenos cadavéricos se pueden clasificar en dos grandes grupos: fenómenos tempranos y fenómenos tardíos.

Fenómenos cadavéricos tempranos 

Los fenómenos cadavéricos tempranos se producen casi inmediatamente después de la muerte, desde el cese de las funciones vitales del cuerpo. Entre los más comunes se encuentran:

1. Acidificación tisular

Después de la muerte, las células dejan de recibir oxígeno, y los procesos metabólicos se detienen. Como resultado, los tejidos comienzan a acumular ácido láctico y otros productos metabólicos, lo que disminuye el pH de los tejidos. Esta acidificación facilita la descomposición celular, creando un ambiente favorable para la acción de las bacterias y otros microorganismos.

2. Enfriamiento cadavérico (Algor Mortis)

El cuerpo pierde calor de manera constante tras la muerte en un proceso conocido como algor mortis. La temperatura del cadáver desciende hasta igualarse con la del entorno. El enfriamiento cadavérico puede servir como una herramienta para estimar el tiempo de muerte, ya que la velocidad de descenso de la temperatura depende de factores como la temperatura ambiente, la ropa y la cantidad de grasa corporal.

3. Deshidratación cadavérica

En los primeros días tras la muerte, el cuerpo experimenta la deshidratación cadavérica. Esto se debe a la evaporación de líquidos a través de la piel y las mucosas. La deshidratación provoca que los tejidos se vuelvan más secos, lo que es evidente especialmente en las córneas o la lengua del cadáver.

4. Livideces

Las livideces o hipóstasis son acumulaciones de sangre en las zonas declives del cuerpo no sometidas a presión. Lo usual es que los primeros signos del livor mortis aparezcan entre 25 a 30 minutos después de la muerte, en el área del cuello, si la persona falleció estando acostada. De lo contrario podría tardar un poco más.

Aproximadamente después de 1 hora y 45 minutos después del deceso, las manchas comienzan a confluir, abarcando zonas más amplias del cuerpo. Entre las 3 a 5 horas siguientes, las manchas seguirán apareciendo en otras partes del cadáver. A las 12 horas, más o menos, dejarán de aparecer.

5. Rigidez cadavérica (Rigor Mortis)

La rigidez cadavérica es el endurecimiento de los músculos tras la muerte debido a la falta de oxígeno y la acumulación de ácido láctico en los músculos. Generalmente comienza entre 2 y 6 horas después de la muerte, dependiendo de varios factores, como la temperatura ambiental, la actividad física previa al fallecimiento y el estado de salud del individuo.

A medida que avanza, la rigidez se extiende de las extremidades hacia el tronco y la cabeza. Esta fase de rigidez puede durar varias horas, alcanzando su punto máximo aproximadamente entre 12 y 24 horas después de la muerte. Posteriormente, la rigidez comienza a desaparecer gradualmente.

6. Espasmo cadavérico

El espasmo cadavérico es una contracción muscular instantánea y persistente que ocurre bajo ciertas circunstancias, como en casos de estrés extremo antes de la muerte (por ejemplo, en asfixias o muertes violentas). Este fenómeno es más localizado y suele afectar a los músculos de la mandíbula o las manos.

Fenómenos cadavéricos tardíos

Los fenómenos cadavéricos tardíos son aquellos que ocurren días, semanas o incluso años después de la muerte. Estos fenómenos reflejan la descomposición avanzada del cuerpo y su interacción con el medio ambiente. Se dividen principalmente en dos grupos: los destructores y los conservadores.

Fenómenos cadavéricos destructores

  1. Autólisis: La autólisis es el proceso mediante el cual las enzimas internas comienzan a descomponer los propios tejidos del cuerpo. Este fenómeno se inicia en los órganos más susceptibles, como el hígado, los riñones y el corazón, y marca el inicio de la descomposición interna. A medida que las células se desintegran, los tejidos se vuelven más blandos.

  2. Putrefacción: La putrefacción es el proceso de descomposición bacteriana en los tejidos del cuerpo. Las bacterias presentes en el intestino y en la piel descomponen las proteínas, produciendo gases como metano, dióxido de carbono y ácido sulfhídrico. Estos gases provocan la hinchazón del cadáver y liberan un olor característico. La putrefacción es responsable de la desintegración de los tejidos blandos y de la transformación del cuerpo en una masa líquida y gaseosa.

  3. Antropofagia cadavérica: La antropofagia cadavérica hace referencia al consumo de los restos humanos por parte de animales carroñeros como roedores, insectos y aves. Este fenómeno acelera la descomposición, ya que los organismos que se alimentan de los cadáveres ayudan a descomponer los tejidos y órganos más blandos del cuerpo.

Fenómenos cadavéricos conservadores

  1. Momificación: La momificación es un proceso en el que los tejidos del cadáver se conservan debido a entornos extremadamente secos o fríos. La deshidratación es clave en la conservación de los tejidos, lo que hace que el cuerpo se preserve durante largos períodos. La momificación ocurre principalmente en climas áridos o en cuerpos expuestos a condiciones de frío extremo.

  2. Adipocira: La adipocira, también conocida como cera cadavérica, se forma cuando los líquidos corporales se combinan con las grasas del cuerpo y se transforman en una sustancia cerosa. Este fenómeno generalmente ocurre en ambientes fríos o húmedos, y puede contribuir a la conservación parcial del cuerpo, ralentizando la descomposición de los tejidos blandos.

  3. Corificación: La corificación es un fenómeno raro que ocurre cuando el cuerpo se somete a condiciones extremadamente frías. En estos ambientes, el cadáver puede congelarse y quedar casi intacto, lo que permite su conservación durante largos períodos. Los cuerpos encontrados en regiones de alta montaña o en glaciares a menudo muestran características de corificación, conservando tanto la estructura externa como los tejidos internos. El caso más conocido en el que se ha dado este fenómeno cadavérico es el caso de Ötzi, el hombre de hielo, cuya momia fue encontrada en los Alpes, conservada gracias al frío extremo.

 

Conclusión

Entender estos procesos es esencial en medicina forense, ya que proporciona información crucial para determinar el tiempo de muerte y las condiciones en las que se produjo el fallecimiento. Además, los fenómenos cadavéricos reflejan la interacción compleja entre el cuerpo y su entorno, y cómo los factores externos, como la temperatura y la humedad, influyen en la preservación o destrucción del cadáver.

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