Ritos funerarios en Mesopotamia

Muchos estudios afirman que hace más de 3500 años, los hombres con altos recursos practicaban complejos ritos funerarios. Los primeros vestigios de estos ritos para el difunto, se presentaron por los sumerios en la baja Mesopotamia.

Esta ciudad se menciona en la Biblia y se comenta que sería el lugar de nacimiento de Abraham y el emplazamiento de Ur. Tal lugar está ubicado cerca del Éufrates, es allí de donde podemos llegar a rescatar muchos detalles acerca a los ritos funerarios que se realizaban gracias a la conservación de las tumbas, sobre todo aquellas que pertenecen a la realeza.

Tesoros ocultos e inmensos sepulcros

En las grandes ciudades del vasto imperio de Mesopotamia, se puede encontrar muestras de cómo la gente perteneciente a la realeza, era enterrada en bóvedas que llegaban a contener una o más habitaciones con contenidos increíbles. Un ejemplo es la tumba de una reina que probablemente data del 2.500 antes de Cristo. Se encontró un carro de madera decorado con un mosaico de piedras de colores y blanco perla, entre otras posesiones significativas.

Se sabe que entre los ritos funerarios para los monarcas, existían tradiciones muy horribles entre los que podemos contar la costumbre de ser enterrados junto con sus seguidores, por ejemplo el “gran foso la muerte”. Es un lugar que está rodeado por tanques con burros y bueyes donde se encuentran 74 víctimas, allí se ven soldados armados y entre ellos 4 mujeres y 68 músicos. Se piensa que ellos ofrecieron su vida, pues se encontraron indicios de muerte por envenenamiento.

Centros de cultos y creencias de la muerte en Mesopotamia

Para las personas que no pertenecían a la realeza, el ritual mesopotámico era menos rico que el de los egipcios. En este caso los difuntos simplemente eran enterrados en pozos cavados en el suelo. Un lugar muy importante para el pueblo de Mesopotamia eran Zigurat, un templo que tiene la forma de una torre escalonada con una base que podía ser de forma rectangular, ovalada o cuadrada. Estas eran dedicadas al culto de los dioses y se consideraba que en esos templos moraban. El Zigurat a diferencia de las pirámides, poseía una fachada y estaba integrada con el centro urbano. Encima de estas construcciones se construían observatorios astronómicos. Los mesopotámicos estudiaron mucho la astrología  y astronomía.

Para los babilónicos el más allá era un reino de sombras lleno de barro y polvo, por lo que los muertos sufrían de mucha sed y dentro la ceremonia de despedida del cuerpo se hace uso del elemento agua como algo indispensable. Las ofrendas fúnebres consistían en  vasijas que acompañaban a los fallecidos en su viaje hacia el otro mundo, otros elementos como el fuego, la tierra, el aire y el éter completaban los símbolos ceremoniales de este ritual para desear una adiós en paz y un buen tránsito del alma de la persona fallecida al más allá.

Para estas personas la muerte era más que un paso a un lugar sin retorno. Algo sumamente curioso es que en toda la mitología mesopotámica, sólo se le permite a un “héroe humano” disfrutar de la vida eterna junto a los dioses y también el agua aparece como pieza base.

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