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Cenizas funerarias: Normativa

En la actualidad, la incineración del cuerpo se ha convertido en unos de los métodos más comunes para procesar los restos del difunto. Sin embargo, aún existen ciertas interrogantes alrededor de este proceso, y de la normativa que regula las cenizas funerarias.

Por eso hoy en Tanatos Formación, Centro de Formación de Tanatopraxia y Tanatoestética en Madrid, Sevilla, Málaga y Santiago de Compostela, te informamos con todo lo que debes de tener en cuenta si vas a seguir este rito funerario.

¿Qué son las cenizas funerarias?

Se trata del producto resultante de la cremación de una persona fallecida. Dicho proceso se lleva a cabo en un crematorio autorizado, y es uno de los métodos más utilizados en la actualidad. De hecho, son muchas las personas que por razones personales prefieren la incineración sobre la inhumación, dejando constancia de ello antes de su muerte.

Muchas de estas razones se relacionan por ser una alternativa amigable con el medio ambiente, la escasez de nichos o el precio. Y, es que la incineración es un procedimiento mucho más económico que la inhumación.

Ley que regula las cenizas funerarias

La normativa autonómica que regula el ámbito de la sanidad mortuoria establece una serie de reglamentos pero sólo hasta el momento de la entrega de las cenizas. Es decir, estas leyes se relacionan directamente con el crematorio y no con el familiar que recibirá las cenizas.

Esto quiere decir que el transporte, así como el depósito posterior de las cenizas no está limitado a más exigencias sanitarias. Eso sí, si cuentan con una prohibición y es la de no utilizar la vía pública como depósito de las cenizas.

¿Cuándo se entregan unas cenizas funerarias?

Para empezar, la cremación no puede realizarse hasta que transcurran al menos 24 horas desde el momento del fallecimiento. Habitualmente, se reciben las cenizas al día siguiente de la incineración, pero puede depender en gran medida a la hora en la que transcurra dicho proceso.

¿Qué debo hacer con las cenizas?

Una vez se lleva a cabo el proceso de incineración de un ser querido, hay muchas familias que no saben qué hacer con las cenizas. Es allí, cuando entran en juego algunos lugares especiales para este tipo de despedidas.

Columbario

Si la idea es enterrar las cenizas, lo ideal es depositarlas en un columbario. Para esto, el cementerio te solicitará la carta de acreditación de las cenizas.

Esparcirlas

Quizá la opción más elegida en la actualidad. Lo importante es tener cuidado y respetar la normativa de no arrojar cenizas en la vía pública.

El mar

Si quieres esparcir las cenizas en el mar, debes saber que hay una ley que regula este tipo de rito funerario. Debes de pedir permiso al ayuntamiento correspondiente y esparcirlas a varias millas de la costa.

Putrefacción humana: ¿Qué es? Proceso y tiempo

La putrefacción humana es uno de los procesos claves para que el profesional forense pueda identificar las posibles causas de la muerte. Conocer bien sobre este tema permite a los profesionales llevar a cabo mucho mejor su trabajo.

Si estás formándote en tanatopraxia, lo mejor es que sigas leyendo para conocer más sobre la putrefacción humana y su duración.

¿Qué es la putrefacción humana?

El concepto de putrefacción humana hace referencia al proceso natural de descomposición del cuerpo al fallecer. Se trata de la desintegración de la materia orgánica por la acción de bacterias que atacan el cuerpo humano, y se divide en diferentes fases:

Cromática

Comienza como consecuencia de la putrefacción intestinal. Empieza con una mancha verde en el área abdominal y tarda determinadas horas después del fallecimiento en aparecer.

Enfisematosa

Sucede cuando, entre otras cosas, se produce la llamada circulación póstuma, la cual tarda determinados días en aparecer.

Colicuativa

Se le conoce como colicuativa a la etapa de la putrefacción donde los tejidos se transforman en magma. Tarda algunos meses en aparecer.

Reductiva

Cuando las partes blandas y óseas se transforman o desaparecen. Surge pasados varios años tras el fallecimiento.

Proceso y tiempo de la putrefacción humana

La putrefacción completa del cuerpo humano no es un proceso que se cumple de inmediato tras del fallecimiento. Cada parte del cuerpo es distinta, y su manera de descomponerse también lo es:

  • 1-3 días: la palidez y la reducción de la temperatura post mórtem, rigor mortis y lividez post mórtem son las primeras etapas de la putrefacción. A continuación, empieza la decoloración en la piel del abdomen, el cual además comienza a hincharse debido a la formación de gas.

 

  • 3-6 días: a partir del tercer día, la decoloración se extiende y las venas más claras se tornan más visibles. En el quinto día, el abdomen se hincha notablemente y se forman ampollas cutáneas.

 

  • 10-20 días: empieza la etapa de la putrefacción negra que ocurre cuando se liberan olores nocivos del cuerpo, y algunas de las partes del cuerpo experimentan decoloración negra.

 

  • 2 semanas: la presión interna de gas se encuentra cerca de su capacidad máxima, por lo que el abdomen está presionado.

 

  • 3 semanas: las uñas y los dientes comienzan a caerse, y los órganos y cavidades están en proceso de explosión. Los tejidos se han ablandado por completo.

 

  • 4 semanas: los tejidos blandos comienzan a hacerse líquidos. La cara se vuelve irreconocible por completo, y empiezala fase de esqueletización.

Si estás pensando en realizar un curso de tanatopraxia o tanatoestética, debes conocer cada uno de los procesos que experimenta el cuerpo humano después de la muerte. Consulta este y otros de nuestros posts de Tanatos Formación, Centro de Formación de Tanatopraxia y Tanatoestética en Madrid, Sevilla, Málaga y Santiago de Compostela, para saber más sobre el proceso del fallecimiento.

Proceso Covid en cadáveres: Protocolo

Hoy en Tanatos Formación, Centro de Formación de Tanatopraxia y Tanatoestética en Madrid, Sevilla, Málaga y Santiago de Compostela, te contamos cuál es el proceso Covid en cadáveres y el protocolo específico a seguir.

La tanatopraxia es el conjunto de prácticas que se realizan a un cadáver para su higienización, conservación, restauración, cuidado y posterior embalsamiento. Sin embargo, en situaciones donde la causa de muerte está relacionada con una enfermedad o virus contagioso el proceso de preparación cambia por completo.

¿Cuál debe ser el equipo de protección individual?

Todo profesional tanatopráctico o médico forense deberá utilizar un equipo de protección individual que consiste en los siguientes accesorios.

  • Atuendo de quirófano, camisa y pantalón o indumentaria equivalente.
  • Bata de uso único, impermeable de manga larga y delantal.
  • Mascarilla con la protección correspondiente.
  • Protección ocular ajustada de montura integral o protección facial completa.
  • Doble guante.
  • Gorro.
  • Botas altas a la altura de la rodilla.
  • Calzas.

Organización del procedimiento de autopsia

El área donde se llevará a cabo la preparación del cuerpo deberá dividirse en 3 partes: zona sucia, semisucia y limpia. En la zona sucia se colocarán los responsables de la apertura de cavidades, extracción, manipulación y toma de muestras, quienes no podrán salir del área hasta finalizar el proceso.

Antes de comenzar con la apertura se deben preparar todos los envases que se utilizaras para la remisión de muestras, colocándose en la zona sucia debidamente etiquetadas e identificadas. En la zona limpia se situará otra persona que ayude con la recogida de registros y observaciones, intervenciones, alcance de suministros, etc.

Otras actuaciones sobre el cadáver

En cuanto a otras actuaciones extrahospitalarias sobre el cadáver, se limitan al mínimo imprescindible. Por su parte, dichas prácticas deben ser llevadas a cabo por personal de la funeraria quien debe estar previamente informado de que se trata de un cadáver de una persona fallecida a causa de Covid-19.

Las personas que realizan estas actuaciones deben aplicar medidas de protección que se asemejen a las recomendadas por el personal sanitario que atiende a pacientes con el virus. Quedan totalmente prohibidas las prácticas de tanatoéstetica, intervenciones de tanatopraxia, ni eventos religiosos que implican procedimientos invasivos al cuerpo.

La preparación de cadáveres de fallecidos a causa de Covid-19 es un proceso distinto que se lleva a cabo con mayor cautela para evitar contagios.

¿Por qué algunos cuerpos se descomponen y otros no tras la muerte?

Cuando una persona fallece, inmediatamente inicia un proceso de descomposición de su cuerpo. En algunos casos es más acelerado que en otros.

Existen muchos cadáveres que han sido exhumados y se conservan muy bien después de años, por lo que muchos se preguntan: ¿Por qué algunos cuerpos se descomponen y otros no tras la muerte? No es un milagro, hay una explicación científica que da respuesta a esta pregunta.

¿Por qué se descompone un cuerpo?

Tras la muerte, el cadáver experimenta una serie de cambios que llevan a la descomposición. Es un proceso que ocurre debido a la acción de bacterias y parásitos que se encuentran tanto dentro como fuera del cuerpo, en combinación con el oxígeno y las temperaturas cálidas.

El cuerpo entra en una fase de inflamación y comienza a liberar gran cantidad de fluidos, además de producirse algunos derivados químicos que emiten un olor putrefacto. Los tejidos corporales comienzan a disolverse tras la acumulación de gases, producto de bacterias, hongos y parásitos, lo que indica que el cuerpo se descompone

Se pueden emplear técnicas para retardar este proceso, como por ejemplo, la refrigeración, la congelación, la conservación transitoria o el embalsamamiento.

¿Por qué algunos cadáveres no se descomponen tras la muerte?

Este es un hecho que ha sorprendido a muchos científicos, religiosos y particulares, que se han encontrado con casos de cuerpos que no se descomponen tras la muerte.

La naturaleza interviene de manera directa en el hecho de que un cadáver no se descomponga, pero también existe una serie de factores que inciden para que se de este fenómeno:

Momificación natural

La momificación natural se produce cuando hay ausencia de oxígeno, el ambiente es totalmente seco, y sin duda, el cuerpo no tiene contacto con ningún tipo de insecto. Estas condiciones son ideales para la desecación del cuerpo, aunque se necesita también que el cuerpo no presente exceso de grasa.

Se da con frecuencia en lugares como las criptas de iglesias y monasterios, donde se han encontrado cuerpos bien conservados pasados los años desde el entierro de los mismos.

Aunque también puede darse en pantanos, ya que disponen de unas características muy particulares, idóneas para la conservación de un cadáver.

Adipocira

Cuando el ambiente es bastante húmedo pero estéril, el cuerpo pasa por una fase en la que los tejidos se transforman en un compuesto similar al jabón (saponificación) y se hacen más moldeables, como una plastilina.

El cadáver queda como si fuera de cera, muy bien conservado y casi como si estuviera vivo.

Petrificación

Así se quedan algunos cadáveres tras ser sometidos a una infiltración con hidrioxipatita y carbonato cálcico. El cuerpo queda en un estado pétreo. Un ejemplo muy conocido es el de las Momias de Guanajuato y las del pantano de Tollund.

Corificación

La corificación es otro proceso que puede conducir a la conservación de un cadáver. Se produce cuando este es enterrado en un ataúd de zinc o plomo, totalmente sellado. El cuerpo queda flexible y blando, con una apariencia semejante al cuero.

Lo que tienen en común todas estas maneras naturales de conservar un cuerpo sin vida, es la ausencia de oxígeno, imprescindible para evitar la descomposición de un cadáver.