La corificación en cadáveres

Los cadáveres sufren diversos fenómenos en su interior, muchos de ellos orientados a la  putrefacción. Esta es la forma en que la naturaleza aprovecha todo lo que queda atrás una vez que los signos de vida cesan. En numerosos casos y debido a muchos factores se pueden presentar casos donde los cuerpos se preservan y pueden presentarse de forma natural o artificial, utilizando técnicas y productos que detiene la putrefacción.

Una de las formas naturales que más se presentan es la corificación, que es un fenómeno donde el cuerpo se vuelve un tejido con características parecidas a las del cuero recién curtido, el color grisáceo que adquiere es bastante particular. Este proceso puede presentarse en un promedio de dos años y se ve en casos donde el cuerpo se ha enterrado en cajas metálicas con residuos de zinc y plomo.

Como se presenta la corificación

Se presenta debido a la presencia de la coagulación, además de las acciones químicas como la deshidratación, acidificación de la grasa, polimerización, entre otros. Suele suceder debido a que las condiciones del ambiente hacen que la putrefacción se detenga por falta de oxígeno, ya que sin este las bacterias no pueden sobrevivir, no se desarrollan y empieza  este proceso de conservación cadavérica.

Podríamos decir que la corificación es una mezcla entre momificación y saponificación, incluso algunos científicos llegan a considerar que éste es sólo un paso previo o incompleto fenómeno de la saponificación. El tiempo en el que puede llegar a aparecer este tipo de conservación puede ser a partir de los 3 meses, aunque lo más normal es que se inicie aproximadamente pasado un año.

Han sido muchos los estudios sobre este fenómeno de conservación cadavérica y en casi todos los casos, se ve que entre los productos responsables de este proceso se encuentran los ácidos grasos que se generan tras la descomposición de las grasas, ayudado por el ambiente hermético en el que este proceso sucede.

Reconocimiento, observación y examinación

La corificación se puede reconocer por medio de la observación debido a la marcada desecación de todos los tejidos. Aun así todos ellos se conservan de modo notable en su forma, incluso en algunos aspectos estructurales de las vísceras. Por supuesto el inicio de este proceso de conservación cadavérica, se da con la presencia de una primera etapa de tu putrefacción ordinaria.

Durante la observación y examinación de cadáveres corificados se pueden encontrar tegumentos de color gris amarillento consistente con una piel resistente al corte, que se diferencia de la piel momificada porque esta posee cierta flexibilidad y blandura. El tejido celular subcutáneo, la musculatura y las vísceras, en especial las abdominales, se reducen sensiblemente de volumen, incluso las articulaciones presentan movilidad. En estos casos incluso puede parecer que el cadáver se vea como una persona con un aspecto de marcada desnutrición. En conclusión podemos decir que la corificación es un proceso de transformación que en esencia es un embalsamamiento natural y que sólo tiene lugar en ambientes herméticos.

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